Columna de opinión en el periódico El Heraldo escrita por Cesar Lorduy. Fecha de publicación: 26 de marzo de 2016.
Todos pregonan y exigen que el nuevo Ministro de Minas y Energía sea un técnico conocedor del sector de los hidrocarburos, energía y minas.
Técnicos con las más altas calidades y con los más profundos conocimientos es lo que ha tenido el país a cargo de tan importante Ministerio y ahí están los resultados, en especial para la Región Caribe. Desde hace años, y recientemente con insistencia, esta zona ha solicitado, reclamando y hoy casi que está rogando solución a sus problemas energéticos: si para algo ha servido la actual situación de este sector es para demostrar que teníamos y tenemos la razón.
Nos dijeron que no había gas y ahora resulta que hay en abundancia; que el tubo que debe conectar el gasoducto del interior con el de la Costa no era necesario y por fin abrieron la convocatoria para su construcción; que no se habían demorado con la planta de regasificación y la verdad es que lleva más de dos años de atraso y hoy se rasgan las vestiduras para decir que hace falta otra de esas plantas en el Pacífico; cuando se les dijo que han privilegiado el modelo de generación hidráulica se enojaban y ahora resulta que no tienen culpa de nada, porque esa es la política que han seguido.
Hablo de la cuestionada Creg a la que también se le dijo que el precio de escasez con el que se remuneran las térmicas las estaba llevando a la quiebra y ahora, tarde y sin remedio alguno, lo aceptan.
Mucho más indignante es que reconocen que se han equivocado en las fórmulas para fijar el precio del gas en la Costa, pero la solución la proponen para después de mayo. ¿Cuánto se demorarán y que sacarán?
Y si se trata del Plan Caribe 5 es poco o nada lo que nos han dejado hacer, al punto de que al gerente nombrado, Edgardo Sojo, ni siquiera lo han dejado posesionar. Otra perla: han impedido, a diestra y siniestra, la reglamentación de la generación de energías limpias.
Eso es lo que han hecho los técnicos, anteriores y actuales de la Creg, y a pesar de los grandes avances que tuvimos con el ministro Tomas González, a quien debemos reconocer como gran interlocutor, terminó enredado en la madeja de sus propios técnicos, que tienen ahora hasta la desfachatez de echarle la culpa de todo y hasta de llevarle la contraria al presidente Juan Manuel Santos.
Por eso no debemos tener un Ministro de Minas técnico. Por el contrario: se requiere uno que no entienda a los técnicos que le rodean, para que al fin estos escriban, hablen y actúen frente al país en términos de servicio al cliente.
Los clientes de la energía, que somos todos los colombianos, necesitan como Ministro de Minas a un gerente que entienda que ese sistema de exploración, explotación, generación, distribución y comercialización de hidrocarburos y energía es para que el ciudadano tenga mejores servicios, con buenos precios y garantías de funcionamiento, estabilidad y sostenibilidad. Nada diferente a un banquero que siempre está en disposición de saber cómo mejorar lo que reciben sus clientes.
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