Columna de opinión en el periódico El Heraldo escrita por Cesar Lorduy. Fecha de publicación: 5 de noviembre de 2016.

En Colombia la tasa promedio anual de embarazo en adolescentes es del 19,5% –cifra que se ha incrementado en un 6,7% desde 1990–, lo que significa que una de cada cinco adolescentes entre los 15 y los 19 años ya es madre o está embarazada. Lo peor es que en la zona rural esa tasa es del 26%, igualable con algunas áreas urbanas. De ese gran total, aproximadamente el 4,1% llegan a ser madres cuando apenas tienen entre 10 y 14 años, lo que, de por sí, es el resultado de un delito.

Según cifras del Observatorio del Bienestar de la Niñez del ICBF, de la Encuesta de Demografía y Salud 2011 y las Estadísticas Vitales del Dane, en Colombia desde 2008 hasta 2014 nacieron 4.729.258 niños y niñas, de los cuales el 23,4%, que corresponde a 1.107.144, son hijos de madres con edades entre los 10 y los 19 años.

Como muestra de ese escenario esta Bogotá, en la que la tasa de embarazo en niñas y jóvenes, de los 15 a los 19 años, es del 48 por cada 1.000 habitantes. En esa ciudad, solo como botón de la muestra y según la representante Angélica Lozano, nacen 435 bebés cada día: las madres son niñas o adolescentes de 10 a 19 años de edad.

Todas esas tasas sobrepasan la meta de 15 embarazos por cada 1.000 adolescentes de 15 a 19 años que se fijó el país para el 2015, a fin de cumplir con los Objetivos de Desarrollo del Milenio.

A pesar de los esfuerzos que hace Cristina Plazas Michelsen como directora del ICBF para proteger y ayudar a los niños, niñas y adolescentes, que son el 33,89% de la población colombiana, los estudiosos coinciden en que las causas que originan ese panorama de dolor y tristeza se mantienen constantes, entre las que sobresale una mediocre o casi nula educación sexual, porque la que existe es impartida por gente tan cerrada y conservadora que prefieren el oscurantismo, pese a que niños y niñas con un solo clic en su celular o computador pueden tener acceso a lo que ellos pudieran evitar si tuvieran una educación adecuada.

Un intento para ayudar en ese propósito educativo lo hizo el colectivo ‘Sin embarazos en adolescentes’, que recibió un portazo del indigno exmagistrado de la Corte Constitucional, quien con la ayuda del destituido exprocurador, decidió que tal educación no se impartiera, patrocinando hasta la hoguera a cualquiera que se atraviese en sus propósitos para mantener la ignorancia.

Mientras nuestras niñas y adolescentes se sigan embarazando, por falta de una educación oportuna, entre otras causas, seguirán abandonando la escuela secundaria, lo que a su vez reduce sus oportunidades laborales; a lo que hay que sumarle el riesgo en su salud, su vida y/o la del feto, al punto de que, según Profamilia, el riesgo de muerte después del embarazo es dos veces mayor para las mujeres entre los 15 y 19 años de edad que para las de 20 a 24 años, mientras que la tasa de mortalidad materna puede ser hasta cinco veces mayor para las niñas de 10 a 14 que para las mujeres de 20 a 24 años de edad.

La maternidad temprana no es un derecho, sino un mal que en la mayoría de los casos le ocurre a niñas y adolescentes por falta de una educación oportuna, que les ayude a prevenir, entre otras, un futuro triste, doloroso y sin esperanza, que en ningún caso puede ser fomentado por los amantes del oscurantismo.

Link a columna de opinión: https://www.elheraldo.co/columnas-de-opinion/maternidad-temprana-299864

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