Columna de opinión en el periódico El Heraldo del Representante a la Cámara por el departamento del Atlántico, César Lorduy.

El documento escrito por Eduardo Posada Carbó titulado La Liga Costeña de 1919, una expresión de poder regional, digno de leerse detenidamente, nos informa que esta fue “la expresión de una alianza regional, con un proyecto económico y político no desligado del proceso nacional –por el contrario, tendía a reforzar los lazos de unión de la economía regional con la del resto del país–”.

Algunos de sus objetivos eran lograr que el río Magdalena fuera navegable; que las refinerías de petróleo se instalaran en la Costa Caribe; mayor descentralización política y administrativa; ejecutar proyectos como el de Bocas de Ceniza, la canalización del Canal del Dique y la de los caños que comunican al río con la Ciénaga Grande y esta con la ciudad de Ciénaga.

Mucho de lo anterior se logró. Hoy, gracias al presidente Santos, se ha cumplido otro: pronto tendremos al río Magdalena navegable en su mayor parte. Pero, tal como ayer hay muchos temas en espera.

Todos estábamos a la espera, es el título de Nueve cuentos escritos por Álvaro Cepeda Samudio, que ilustra plenamente la situación en la que se encuentra la Costa después de que los senadores Efraín Cepeda, Arturo Char, Álvaro Ashton, Jaime Amín y José David Name, desde el Congreso, le manifestaron al país que nuestra región merece, exige y reclama, equidad y justicia en el suministro del gas y, mucho más, en su precio.

Es necesario evitar –y seguimos a la espera– que la Costa pague precios de gas en boca de pozo cerca de un 70% por encima a los del interior ($4.40 vs $2.60) y que aun incluyendo el transporte de dicho combustible continúan siendo muy superiores (Barranquilla: $5.30 USD/MBTU vs Bogotá: $3.80 USD/MBTU).

No podemos estar a la espera de que muchas empresas acudan a hacer recortes de personal, a suspender operaciones o a frenar proyectos de expansión como consecuencia de la continuidad de los sobreprecios en las tarifas del gas.

En la Costa todos estamos a la espera del gas que debe retornar de Venezuela, que durante ocho años se exportó a ese país del pozo de La Guajira, lo que ha generado escasez y sobrecosto, asumido únicamente por el Caribe colombiano.

Todos estamos a la espera de un tubo que permita que los excedente de gas que hay en el interior lleguen a la Costa, después de que esta región por años le dio la mano al país enviando gas al interior cuando allá no había; hoy, por contrario, en vez de tubo nos castigan con un sobreprecio del gas que, paradójicamente, se origina en los pozos ubicados en nuestra región.

Todos estamos a la espera de que se tome pronto una decisión que elimine de la fórmula de actualización del precio del gas la nefasta e inconsistente Resolución Creg 089 de 2013 y que en la fórmula dejen solo, con igual valor, el componente WTI y el IPP de Estados Unidos.

Todos en la Región Caribe estamos a la espera de que, así como 96 años después el presidente Santos cumplió el sueño de la Liga Costeña de tener un proyecto –en ejecución– para hacer navegable el río Magdalena, también se haga justicia para que la Costa tenga unos precios del gas que le permitan no perder competitividad nacional ni internacional. Pero, hay que saber que hoy solo podemos esperar hasta el 30 de noviembre de este año.

Link a columna de opinión: https://www.elheraldo.co/columnas-de-opinion/el-caribe-sigue-la-espera-228334

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