Oportunidad del puerto

Columna de opinión en el periódico El Heraldo escrita por Cesar Lorduy. Fecha de publicación: 29 de abril de 2017.
El 6 de marzo de 2012, en desarrollo del Acuerdo de Prosperidad N° 64 celebrado en Barranquilla, el presidente Juan Manuel Santos anunció que era la hora de poner en práctica la tan anhelada recuperación del río Magdalena, que desde la época de Simón Bolívar se había soñado. Para ello apoyó e impulsó todo lo que fuera necesario para que ese contrato de Asociación Publico Privada, APP, fuera una realidad.
Desde esa fecha hasta hoy todas las cosas que han pasado se resumen en que el contrato para el proyecto de Recuperación de la Navegabilidad en el río Magdalena, comúnmente llamado APP No. 001 de 2014, no vas más. Si bien lo anterior le ha producido daños y perjuicios al Río, al canal de acceso de Barranquilla, a sus usuarios, al país y a la ciudad, al punto de que a esta la obligaron a decretar una calamidad doméstica, y a Cormagdalena, que decretó la urgencia manifiesta, lo sucedido también genera oportunidades.
El contrato que arranca, que se espera esté listo en enero de 2018, buscará –al menos que se cambie– garantizar la recuperación de la navegabilidad en un trayecto de 908 km, desde Puerto Salgar a Barranquilla, para que por el Río naveguen grandes convoyes de carga las 24 horas del día todo el año.
El costo de dicho contrato, hasta ahora, es de $2.5 billones, suma que se justifica para tratar de incrementar el volumen de la carga a movilizar por el Río, sin incluir a Barranquilla, que en 2016 fue de 2.454.000 toneladas y en 2015 de 1.896.000.
Mientras toda esa carga se mueve por esos 908 km, por el puerto de Barranquilla, que solo tiene 22 km en el Río, se movilizaron 10.481.822 toneladas en 2015 y 10.990.416 en 2016, volúmenes que al ser comparados con lo que pasa por el resto del Río obligan al lector más inocente a formularse varios interrogantes.
Para completar este escenario, al Canal del Dique, con solo 115 km, el Fondo de Adaptación le invertirá $2,2 billones con el fin de disminuir el riesgo de inundaciones, controlar la entrada de sedimentos a la bahía de Cartagena y recuperar su navegabilidad, entre otras obras.
Si así son las cosas, qué tiene de injusto que el puerto de Barranquilla, repito, con solo 22 km y por donde se mueve el mayor número de toneladas por el Magdalena, sea atendido en función de lo anterior y no bajo la premisa de fomentar el desarrollo y el tránsito de barcazas fluviales por esta zona del país, como parece que hubiera sido el propósito con el que nos han querido tratar.
A pesar del tiempo que se perdió, es una excelente oportunidad para que Barranquilla en la nueva APP, que de manera oportuna y anticipada ha venido preparando Cormagdalena, no solo participe con sus sugerencias y recomendaciones, como ya está ocurriendo, sino que sean atendidas sus necesidades, que no son las de un puerto de barcazas sino la de uno marítimo.
Estamos seguros que Cormagdalena, además de tomar hoy el liderazgo para que de una vez por todas la ciudad tenga su puerto de aguas profundas, seguirá respaldando a Barranquilla entregándole a su puerto marítimo y fluvial en esa nueva APP, una anchura de canal, zonas de fondeo, mantenimiento de tajamares y zonas de giro, acorde con la naturaleza del puerto, y para que nadie evada sus responsabilidades es necesario que las multas a imponer al nuevo concesionario, en todos los casos, tengan un valor superior al costo de las obras o servicios que no se lleguen a ejecutar por incumplimientos.
Link a columna de opinión: https://www.elheraldo.co/columnas-de-opinion/oportunidades-del-puerto-354287
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