¿Qué pasó con los estudios del canal de acceso?
Invías afirma que los análisis, contratados en julio de 2017, serán entregados en febrero. Gremios cuestionan que las investigaciones no se hicieran antes de iniciar obras del Pumarejo.
Las noticias en torno al canal de acceso al puerto de Barranquilla parecen un cuento de nunca acabar. Mandatarios locales y el sector portuario han manifestado en varias oportunidades que el Gobierno nacional ha abordado el tema de la navegación por el río Magdalena de manera improvisada, lo que ha ocasionado emergencias en la zona portuaria local.
Fueron las dos emergencias declaradas en 2017 las que llevaron al Gobierno nacional, a través del Instituto Nacional de Vías, Invías, a contratar un estudio para conocer las causas de la alta sedimentación en esta arteria fluvial y diseñar las mejoras que permitirían una mayor estabilidad al canal navegable.
Dicho estudio, que también daría a conocer si las obras de construcción del nuevo Puente Pumarejo y la erosión costera en el kilómetro 19 de la vía Barranquilla-Ciénaga ocasionaban cambios a la dinámica sedimentológica del río, fue adjudicado el 10 de julio de 2017 al Consorcio Estudio Canal de Barranquilla, integrado por Inypsa Colombia S.A.S., con una participación del 60%; Weg Ingeniería S.A.S., con el 20%; Ingeproyect Ltda. con un 10% y Ciar Quelet S.A.S. también con 10%.
Este consorcio presentó una propuesta de $4.250 millones y el Invías fijó el plazo para la ejecución de dicho contrato hasta el 31 de diciembre de ese mismo año. Sin embargo, 13 meses después del vencimiento de su plazo inicial, aún este no se encuentra terminado.
El estudio no solo no ha sido entregado en los plazos pactados, ya que el anterior Gobierno lo prorrogó en dos ocasiones, sino que se le han hecho adiciones por más de $1.800 millones al presupuesto inicial, de acuerdo con la información del Sistema Electrónico de Contratación Pública.
La primera prórroga se realizó hasta el 30 de junio de 2018, debido a que el consorcio señaló que era necesario que se realizaran campañas batimétricas para todos los niveles del río, de acuerdo con cada mes del año.
Dicha prórroga volvió a extenderse hasta septiembre de 2018 y posteriormente hasta diciembre de ese mismo año. Lo que evidencia, según los portuarios, una improvisación en la planeación y diseño de dichos estudios que ayudarían a encontrar soluciones efectivas para mejorar el tránsito de buques por el canal de acceso.
La preocupación es mayor debido a que en 2014 la ciudad dejó de contar con el laboratorio hidráulico que funcionaba en el barrio Las Flores y que hacía modelaciones diarias al caudal del río Magdalena y su encuentro con el mar en Bocas de Ceniza. Es decir, que desde hace más de cuatro años el canal de acceso no era objeto de estudios profundos.
¿Por qué no se hizo antes?
El presidente del Puerto de Barranquilla, René Fernando Puche, no solo cuestionó que los estudios aún no hayan sido entregados, sino que nadie se preguntó si antes de la construcción del nuevo puente
Pumarejo se tuvieran todos los estudios necesarios para conocer si la obra afectaría el río Magdalena.
Aseguró que la obra, al iniciarse, no tenía los estudios de impacto hidráulico. “No entiendo cómo se inició una obra de tal magnitud sin tener los estudios necesarios. No entiendo cómo nosotros como barranquilleros somos tan complacientes y esa complacencia nos lleva al estado en el que estamos hoy en día”, manifiesta el dirigente portuario, quien considera, además, que la situación actual del canal de acceso es “crónica de una muerte anunciada”.
Puche también trae a colación que el contrato fallido entre el Gobierno y el consorcio Navelena le daba la potestad al contratista de reducir el ancho del canal de acceso a 150 metros, con el fin de reducir su costo de mantenimiento.
Nos dejamos quitar el laboratorio de impacto hidráulico. Se lo llevaron para Honda, ¿a hacer qué?, no tengo ni idea. Nosotros nos hemos dedicado a mendigar nuestros derechos, hemos sido los hijos de menos madre”, sostiene el directivo.
Los estudios que aún Invías no entrega —afirma Puche— también permitirán conocer si es posible que el canal de acceso tenga una profundidad de 15 metros, por lo que indica que es necesario que el centro de investigaciones anunciado por Cormagdalena comience a funcionar y ponga toda su tecnología en marcha.
Entretanto, Alfredo Carbonell, director ejecutivo de Asoportuaria, indica que las autoridades señalaron que el estudio sería entregado en febrero del presente año, pero que estos se han ido postergando, en la medida en que no han terminado de realizar las mediciones y los estudios correspondientes.
Advierte que es fundamental conocer los resultados del estudio para conocer de qué forma se pueden intervenir las obras rígidas y hasta dónde se puede profundizar el canal navegable. “Sin lugar a dudas los estudios se debieron realizar antes, pero por lo menos por la presión como comunidad logramos que se hicieran posteriormente para corregir”, señala Carbonell.
Entretanto, el presidente del Comité Intergremial del Atlántico, Ricardo Plata Cepeda, asegura que periódicamente se ha enterado de que los encargados del estudio han presentado, en grupos relativamente especializados, los avances de dichos análisis.
“Lo malo no es la demora en este último año con esos estudios, lo malo es que no se hicieran antes de haber mandado a hacer el puente Pumarejo”, manifiesta.
El dirigente gremial señala que esta situación evidencia, nuevamente, la imprecisión del Gobierno nacional en la toma de decisiones con respecto al canal de acceso, debido a que se tenía que prever a qué se atenía el río Magdalena con la construcción de la estructura, a fin de tomar medidas oportunamente.
Resultados preliminares
El gobernador del Atlántico, Eduardo Verano, asegura que el problema más grave es que el río Magdalena tiene un comportamiento motivado por la construcción del nuevo Puente Pumarejo y por la erosión costera del kilómetro 19 de la vía Barranquilla-Ciénaga, desde donde se trasladan grandes cantidades de sedimento que van a parar a Bocas de Ceniza.
Es esta situación — sostiene — la que ha provocado que se forme una “gran montaña” de sedimento en la zona de aproximación marítima, lugar que se ha convertido en un punto que dificulta la maniobrabilidad de las embarcaciones que ingresan y salen de la zona portuaria barranquillera.
El mandatario explica que los dragados realizados por el Estado son “paños de agua tibia”, ya que lo que mejorará las condiciones del canal de acceso son el mantenimiento y las obras rígidas que se harán, precisamente, tras conocerse los resultados del estudio que contrató Invías en julio de 2017.
Dicho estudio —detalla— se ha extendido debido a la recopilación de la información precisa y reciente de las olas, que se hacen mes a mes y día a día, a las batimetrías y al estudio del viento. “Ese estudio nos daría la claridad para realizar obras civiles que son las que tenemos que hacer. Seguramente habría que prolongar los tajamares, al menos 200 metros más y hacer una serie de espolones adicionales, todo diseñado de acuerdo a lo que diga el Invías”.
El Instituto Nacional de Vías, Invías, aclaró que una de las principales razones por las cuales se le adicionaron más recursos, por valor de $1.850 millones, y más tiempo al contrato para la realización del estudio, fue que el área de análisis pasó de 38 kilómetros a 52 kilómetros, dentro de los que se contemplan 4 kilómetros de la zona marina, 38 kilómetros desde Bocas de Ceniza hasta el sector de Pimsa y, adicionalmente, 10 kilómetros aguas arriba de Pimsa.
Invías precisó a EL HERALDO que el estudio evalúa, de manera integral, el mar y el río y la dinámica fluvial de forma global, lo que permitirá entender el comportamiento del río, cómo se ha venido contratando a lo largo de la historia.
La entidad detalló que la ampliación de la zona de estudio implicó pasar de tres campañas de tomas de datos a 14 campañas de medición, instalando una red de medición de niveles a lo largo de los 48 kilómetros del Magdalena y en los 4 kilómetros de la zona de aproximación marina.
Además, Invías sostuvo que se ejecuta con mayor alcance los diseños de las obras para el control de la Isla Rondón, la cual se definió como fundamental en la estabilidad del nuevo puente Pumarejo. En ese sentido, Invías también señaló que solicitó el diseño de obras para resolver afectaciones por la construcción del nuevo puente.
En cuanto a los avances del estudio, Invías aseguró que actualmente ya se concluyó la toma de datos y se están evaluando las posibles soluciones para los diferentes problemas que afectan no solo la navegabilidad, sino la estabilidad general de la zona portuaria, las cuales serán entregadas a finales de este mes.
Asimismo, precisó que los estudios que se encuentran en proceso de finalización por parte del consultor son el estudio de Transporte, el estudio del puente Pumarejo nuevo, estudios de línea base ambiental, efectos por la construcción del puente Pumarejo y estudios para la Isla Rondón.
Congresistas refutan estructuración de la APP
Luego de que el ministro (e) de Transporte, Manuel Gutiérrez, señalara que el proceso de adjudicación de la APP del río podría darse a final de año y el inicio de la operación sería en 2020, congresistas mostraron su desacuerdo al considerar que “existen dilataciones” en el proceso de la estructuración de la concesión.
Una de las primeras voces de rechazo al anuncio estuvo a cargo del representante a la Cámara por Atlántico César Lorduy, quien señaló que ese alargue en el tiempo deja “muchas incertidumbres”, al no saber con claridad si el Gobierno nacional tiene los recursos para el financiamiento de esa APP. “No veo una APP tan cerca y ese dragado de forma dependiente nos deja la experiencia que esa técnica no es la más oportuna”.
Tomada de El Heraldo: https://www.elheraldo.co/barranquilla/que-paso-con-los-estudios-al-canal-de-acceso-585311