Columna de opinión en el periódico El Heraldo escrita por Cesar Lorduy. Fecha de publicación: 28 de enero de 2017.
Sergio Santana Archbold, historiador de música salsa, informa que el tema ‘Quítate tú pa’ ponerme yo’, inmortalizado por la Fania All Stars en 1971, con créditos de composición a favor de Johnny Pacheco y Bobby Valentín, era una obra de teatro cubana de 1933.
Hoy, el ‘Quítate tú pa’ ponerme yo’ que se escucha a lo largo de la canción constituye en el mundo del derecho una de las conductas propias de la colusión, o ‘cartelización’, con la que inescrupulosas empresas amañan las licitaciones, a veces con la complicidad de funcionarios públicos sobornados con jugosas coimas. En ocasiones, el ‘Quítate tú pa’ ponerme yo’ se traduce en un “yo no participo y lo haces tú” o en un “yo me retiro para que ganes tú”.
Cuando eso ocurre una licitación no es el resultado de un proceso competitivo, sino de un acuerdo ilícito que viola la libre competencia en beneficio de unos empresarios y en contra del Estado adquirente de bienes y servicios, que tiene el derecho a contratar con la mejor oferta y condiciones.
Gran preocupación causa lo que está ocurriendo. En el periodo 2005 – 2011 el monto de lo contratado de manera directa superó en 3,5 veces lo contratado mediante licitación pública. Estudios de la Sociedad Colombiana de Ingenieros, en 2014, dan como resultado que el 85% de las licitaciones públicas tuvieron un solo proponente, mientras que para el periodo 2016 – 2017, el 58% contó con un solo participante, según el Consejo Privado de Competitividad.
Si bien la concurrencia de un solo proponente no es motivo legal para declarar desierto un proceso licitatorio y, por el contrario, si el único participante cumple con todos los requisitos del pliego de condiciones, la licitación debe serle adjudicada, no es menos cierto que los resultados estadísticos indican que lo que debería ser la excepción se está convirtiendo en regla general. Algo hay de legalidad, pero también mucho de corrupción, serrucho y componendas.
Hay cosas muy extrañas. Es exótico, por decir lo menos, que habiendo quedado tres oferentes al final de un proceso licitatorio, dos de ellos, a pesar de los grandes costos en los que tuvieron que incurrir para poder participar, terminen renunciando, milagrosamente, en favor de un proponente que queda solo como seguro ganador. Muchas pueden ser las razones para no participar, otras para ser descalificado y algunas para renunciar, pero de lo que no hay duda es que, además de los motivos suficientes que justifican lo anterior, no podemos descartar que una razón que bien puede estar presente en muchos casos es el ‘Quítate tú pa’ ponerme yo’.
Los corruptos deben ser investigados y sancionados por las autoridades que hoy, la verdad sea dicha, están dando algunos resultados aleccionadores y contundentes. Ya el valiente superintendente de Industria y Comercio, Pablo Felipe Robledo, no está solo en su lucha contra la corrupción. Hoy la sociedad, por primera vez, ve con esperanza y aliento la tarea del Fiscal, el Contralor y el Procurador, dando o prometiendo resultados.
Como país, debemos tener fe, por lo menos, en estos 4 funcionarios, para que las reglas del ‘Quítate tú pa’ ponerme yo’ o “yo no participo y lo haces tú” o “yo me retiro para que ganes tú”, como forma de corrupción, más otras modalidades, no sigan prosperando.
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