Columna de opinión en el periódico El Heraldo y escrita por Cesar Lorduy. Fecha de publicación: 15 de julio de 2017.

Los prejuicios, juicios morales, elementos políticos, intereses personales y posiciones ya tomadas con relación a hechos ocurridos son barreras que impiden, en términos generales, que las personas, pero en especial los historiadores, se pongan de acuerdo.

A pesar de lo anterior, estudiosos de Barranquilla y su historia, como José Ramón Vergara, Fernando Baena, Domingo Malabet, Eduardo Posada C., Carlos Angulo V., Jorge Villalón, José Agustín Blanco B., Antonio Abello R., Gonzalo Conde e Ignacio Consuegra coinciden en que el río Magdalena ha sido el todo para la ciudad y la razón de su existencia, al que por muchas razones le dimos la espalda, lo dejamos de ver, lo olvidamos, lo sacamos de nuestro paisaje al construirle murallas y por ello dejó de ser parte del imaginario y de nuestro entorno.

Contrario a lo que aquí sucedió, Berlín, Londres, Chicago, Guayaquil y París, entre otras, son modelos de ciudades conectadas con el río en el que ellas están situadas.

Hoy, el arquitecto barranquillero Giancarlo Mazzanti y sus estudiantes de la Universidad de Columbia han servido de fuente inspiradora de un sueño que tienen nuestras nuevas generaciones, dispuestas a no ser condenadas a seguir dándole la espalda al Magdalena. Para que ese sueño fuera realidad, el Distrito adoptó un Plan de Ordenamiento Territorial y el nuevo Plan de Desarrollo Distrital 2016-2019, ‘Barranquilla: Capital de Vida’, que nos redefinieron como una ciudad abierta al gran afluente nacional. Esto permitió que surgiera, para bien de todos, el proyecto de la Avenida del Río y su malecón peatonal. Con él se busca la recuperación ambiental y urbana de su ribera y alrededores. Su primera parte fue entregada el 12 de diciembre de 2012.

Ahora está en construcción el Gran Malecón del río Magdalena, que será una realidad antes de que termine la administración del alcalde Alejandro Char: es una vía de 5 kilómetros en doble calzada, a la que los ciudadanos podrán entrar o salir por la Vía 40, y contará con 250.000 metros cuadrados de espacio público entre Siape y La Loma; además unirá al Centro de Eventos Puerta de Oro con la Avenida del Río, obra que todos podremos disfrutar a través de amplios andenes, que contarán con un adecuado amoblamiento urbano. También habrá un paseo peatonal, canchas deportivas y parques arborizados. Allí podremos ser espectadores de actividades culturales que se podrán realizar en un área de 37.000 m², y habrá locales comerciales, cafeterías, ciclorruta y parqueaderos. Ese será un extraordinario escenario para el reencuentro de los barranquilleros con el olvidado río Magdalena.

Identificados con Ignacio Consuegra tenemos que afirmar que el mayor patrimonio, recurso y activo de Barranquilla es el Río. Por eso, permitir, facilitar y lograr que el ciudadano vaya a su encuentro, lo disfrute, lo haga propio y lo goce, como goza el carnaval, son los retos de un grupo de talentos jóvenes barranquilleros, que, con Jaime Pumarejo a la cabeza, trabajan para entregarle a la ciudad, por fin, el sitio que permitirá ver cómo el Río acaricia todos los días a Barranquilla, teniendo como testigos a la luna de Esthercita Forero y a miles de ciudadanos que comprenderán que hemos sido y somos lo que el río Magdalena nos ha permitido como recurso natural y vía portuaria que todos los días también debemos proteger y defender.

Link a columna de opinión: https://www.elheraldo.co/columnas-de-opinion/la-ciudad-y-el-rio-382301

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