Con 24 votos fue aprobado en primer debate la ponencia y con 25 el articulado del proyecto que prohíbe las actividades de corridas de toros, novilladas, becerradas y tientas.

Superó su primer debate en la Comisión Primera de la Cámara de Representantes la iniciativa, que ha sido respaldada firmemente por el Representante Cesar Lorduy, que tiene por objeto avanzar en el reconocimiento de los animales como seres sintientes, sujetos de una protección constitucional y legal especial, a través de la prohibición de las prácticas taurinas en todo el territorio nacional. Actos que no son más que expresiones de maltrato, crueldad y violencia en contra de los toros.

Como antesala a su intervención, el congresista por el Atlántico se refirió a su postura de rechazo a la actividad taurina como las expresiones de maltrato, crueldad y violencia en contra de los animales no está fijada desde que fue elegido como Representante a la Cámara por el Atlántico, sino a una visión que lo ha acompañado desde siempre. “Esta es una posición que me acompaña, por fortuna, desde siempre. En el campo de las libertades individuales, incluso uno puede aceptar el “derecho” que se pueda tener para disfrutar de los castigos basados en la tortura a unos toros que, en algunos casos, le proporcionan placer a un individuo, ávido de sufrimiento, que alaba el castigo y que incluso se regocija en el dolor”, comentó Lorduy.

Y agregó que, “en lo que sí difiero es que esa sangre, ese dolor y ese sufrimiento pueda ser objeto de protección, y menos por parte del Estado y mucho menos por la Constitución. No es posible amparar lo anterior, basado solo en el argumento de una tradición, porque si eso fuera así, deberíamos entonces contemplar, proteger y aceptar otras prácticas, como la esclavitud, racismo y demás”.

El parlamentario precisó que la Corte Constitucional en reiterada jurisprudencia ha reconocido a los animales como seres sintientes, por lo que son verdaderos sujetos de protección en el ordenamiento jurídico colombiano.

Enfatizó el congresista que todo lo que está ocurriendo y ha ocurrido con relación a la práctica de asesinar a un toro frente a un público “ávido de sufrimiento, que alaba el castigo y se regocija en ese dolor, es porque el Congreso no se ha pronunciado al respecto, y por lo menos hasta había sido ciego, sordo, y mudo, ante una «tradición». Hoy dejaremos de hacerlo, y por eso apoyo esta iniciativa”.